lunes, 29 de agosto de 2011

Twitter

Hace más de un año que utilizo Twitter, pero lentamente me voy dando cuenta de que me cuesta mucho acortar mis pensamientos a 140 carácteres, y aún así esperar decir algo inteligente en esa cantidad de símbolos.

Me sirve para recordarme que las personas no desean profundizar en las vidas de los personajes a quienes le dan "follow", o en buen castellano "siguen"; por lo tanto aquellas cortas frases deben ser reveladoras y entregar un mensaje que no sea fácil de olvidar. Con tal de ganar un "retwitteo", todo.

En cambio yo, me pongo a pensar cada una de las cosas que quiero escribir, y muchas veces me he arrepentido y simplemente he cerrado la página porque o lo que escribo no tiene sentido, o porque al acortarlo lo pierde por completo. Soy más díficil de lo que pensaba, y me he acomodado al blog más fácilmente. Pero aún así no puedo escribir con la fluidez con la que los pensamientos cruzan por mi mente, por lo general me arrepiento de lo que he escrito, lo borro, y me olvido por semanas de este pequeño espacio en la red que comparto con todo el mundo.

La vida sigue fluyendo mientras tanto, yo sigo aquí, mirando las puntas de mis zapatillas, blanqueadas una y otra vez, con mi sueño de ser profesora casi en el bolsillo, y con los deseos de escribir por fin mi novela, sea buena o mala. Todo con la epseranza de por fin terminar algo bien.

Twitter seguirá estando allí, y podré decir tantas estupideces como quiera en ese espacio. Aquí diré las verdades más largas, más poetizadas, más como soy yo misma, una floritura de la bipolaridad y los delirios de persecución. Una yo que todos creen conocer pero que nadie desea asilar.

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